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En la encrucijada entre la ciencia, la tecnología y la innovación, proyectos como Vaccination, liderado por el Instituto AIR, demuestran cómo la inversión en investigación biomédica puede generar no solo sociedades más saludables, sino también economías regionales más fuertes y resilientes.

De ese desafío global surgió un nuevo paradigma: el diseño computacional de vacunas, en el que la inteligencia artificial (IA), la bioinformática y la computación de alto rendimiento trabajan conjuntamente para acelerar el descubrimiento y mejorar la precisión.

En el Instituto AIR, el proyecto de vacunación aprovecha este potencial utilizando inteligencia artificial (IA) y técnicas de vacunación inversa para identificar vacunas candidatas con una precisión sin precedentes. Pero detrás de cada algoritmo y descubrimiento hay algo fundamental: la gestión responsable de los datos.

Como parte del proyecto Hyperlender, que este centro tecnológico está desarrollando en colaboración con Eurostar a través del Programa de Proyectos de Colaboración Público-Privada 2021, uno de los retos más fascinantes a los que nos enfrentamos no es solo tecnológico, sino también ético: ¿cómo podemos utilizar los datos para crear un sistema de evaluación del riesgo crediticio más justo e inclusivo?

Durante años, las marcas han confiado en el Big Data para analizar los patrones de consumo y obtener una visión más profunda de sus clientes. Sin embargo, el panorama ha evolucionado: hoy en día, el verdadero valor reside en transformar esa gran cantidad de información en predicciones inteligentes y aplicables.